Caracteristicas de la literatura culta en la edad media

La interpretación de la alegoría requería un conocimiento profundo de la cultura y la religión. La caligrafía era cuidada y las ilustraciones eran frecuentes. Se utilizaban versos regulares y estrofas elaboradas, siguiendo modelos clásicos. La literatura culta medieval se nutría de fuentes clásicas latinas y griegas, adaptándolas a un contexto cristiano.

Sin embargo, también se producían obras en lenguas vernáculas, aunque con menor frecuencia. Esto facilitaba la memorización y la transmisión oral del conocimiento. Sus ideas y teorías eran consideradas verdades absolutas. La literatura culta medieval se conservaba en manuscritos. Esto se reflejaba en el uso de complejos recursos estilísticos y una cuidada selección del vocabulario.

El didactismo era un rasgo fundamental de esta literatura, buscando instruir y moralizar al lector. La originalidad no era un valor primordial en la literatura culta. Los autores clásicos como Aristóteles y Platón eran venerados. Estas historias servían como modelos de conducta para la nobleza.

La alegoría y el simbolismo eran recursos habituales para transmitir mensajes complejos. Los temas religiosos, filosóficos y científicos predominaban en sus contenidos. Personajes, lugares y objetos adquirían un significado simbólico.

Se prefería la imitación de los modelos clásicos y la adaptación de las fuentes existentes. La producción y la difusión de los libros eran un proceso lento y costoso. El dominio de la retórica era un signo de erudición y habilidad literaria. Los textos servían como herramientas de evangelización y adoctrinamiento.

Se exaltaban los valores de la caballería como el honor, la valentía y la lealtad. Los autores, clérigos y miembros de la nobleza, buscaban la perfección formal en sus obras.