Principales características del dialecto extremeño
Su vitalidad varía según las generaciones, aunque sigue siendo un rasgo de identidad importante. La entonación peculiar le da un ritmo distintivo al habla. La influencia del portugués es patente en la pronunciación de algunas vocales. La monoptongación de diptongos, especialmente 'ue' y 'ie', es un rasgo recurrente.
La aspiración de la 'h' inicial, proveniente de 'f' latina, es una señal clara. El yeísmo, la pronunciación indistinta de 'll' e 'y', es una característica generalizada. La 'e' final a menudo se cierra, acercándose al sonido de la 'i'. Se conserva vocabulario antiguo ligado a las actividades rurales.
El léxico propio incluye términos relacionados con la flora y la fauna locales. La influencia del portugués es evidente en el vocabulario y en algunas construcciones gramaticales. La diptongación de vocales breves latinas 'e' y 'o' suele simplificarse en algunas zonas, resultando en monoptongaciones.
La conservación de la 'h' aspirada de la 'f' latina distingue el extremeño. El seseo, la pronunciación de 'c' ante 'e', 'i' y 'z' como 's', es común en algunas zonas. La conservación de la 'h' aspirada, procedente de la 'f' latina, es un arcaísmo relevante.
También presenta influencias del portugués, dada su proximidad geográfica a Portugal. El vocabulario contiene numerosos lusismos y palabras de origen desconocido. La pérdida de la 'd' intervocálica es frecuente, especialmente en participios pasados. La pérdida de consonantes intervocálicas contribuye a la relajación articulatoria.
El léxico incorpora lusismos y palabras de origen incierto propias de la región. El dialecto extremeño presenta una simplificación de los grupos consonánticos cultos, como 'ps' o 'ct'. El vocabulario es rico en términos específicos de la agricultura y la ganadería.